Trabajamos con nuestros clientes para enfrentar desafíos como:
Dureza del agua que provoca incrustaciones en tuberías y calderas.
Corrosión de metales causada por el pH o la presencia de sales disueltas.
Formación de bacterias y biofilm que pueden afectar la higiene y la seguridad de los procesos.
Contaminantes químicos como metales pesados, aceites o solventes en aguas residuales.
Alta demanda química de oxígeno (DQO) y demanda biológica de oxígeno (DBO) en efluentes.